Dejaré mis oídos, domesticados por tu voz
escondidos entre el montón de cosas que quise darte.
No importa cuanto impulses mi nombre hacia el vacío
yo me habré ido y no te oiré.
Estaré buscando otros sueños, capaces de cumplirse.
Tendré a mi alrededor otros sonidos
todos los que ensordecí para quererte.
Cuando me vaya, no serás mi primer pensamiento del día
estaré preocupada en no perderme en el laberinto de las multitudes.
Me iré a un lugar muy lejano, donde ya no podrás llegar.
Y sabes, estoy triste, todo eso pasará sin yo quererlo,
No hay comentarios:
Publicar un comentario