En una imagen de cinexín,
la pequeña Bárbara juega en la playa.
Recolecta conchas para avivar su castillo.
Lleva la nariz llena de arena,
la mirada constructiva y el corazón en la boca.
Ha encontrado una cáscara de naranja
y la ha pisado en su intento de embarcar,
para adentrar en la mar... en busca de corales.
La pequeña Bárbara llora mirando a la cámara
con un llanto de cine mudo.
Si la viera con los ojos tristes por pisar su barca,
tras su catalejos, desde su galeón... allá en la mar profunda
el pirata mas malo...
le daría su loro, su tesoro y su pata de palo.
Pero en la película Bárbara está en tierra
con los ojos tristes...
construyendo un castillo de arena.
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