domingo, 11 de marzo de 2007

Acampando





Como un licántropo,
miro la luna.
Es la misma de siempre.
Imagino, los miles de ojos que la miran...
ojos tristes, felices, sienes arrugadas, pupilas jóvenes,
amantes, poetas, cenicientas, mendigos, impostores.
Pero hoy, su luz es opaca,
su magia, malva enrojecido,
su cara de bostezo.
Quizá solo mira mi ventana
y no encuentra motivos para brillar ahora.
Quizá esté cansada y le pesen sus cráteres,
como a mí me pesa el alma.
Le lanzo un cigarrillo
y se empaña la noche con la bruma del humo,
hijo del insomnio.
Creo que la luna me imita,
se refleja en su cara mi desconsuelo.
Se acerca y se posa en mi ombligo.
Hoy ella duerme aquí,
mañana... yo acamparé en ella.

1 comentario:

Ana Conda Quintana dijo...

Hola maca, ya iré leyendo con la calma. Gracias por tu trocito de alma. :*

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