Soy una mujer cansada, de esas que dicen los hombres... "cuidado, es peligrosa".
Perdona, no me catalogues por lo que no soy, mírame, soy una mujer cansada.
De esas que dicen los hombres: -se le nota la fuerza en la mirada, en las pisadas-.
Yo tengo un nido, donde descanso, donde duermo, donde mi alma se deja querer.
Si alguna vez quieres obtener respuestas a tus preguntas más indiscretas, más inquietas... mírame a los ojos, dime;
Yolanda, suéltate el pelo...
Eso es como la subida de la marea ante el castillo de arena... un derrumbe inevitable.
Cuidado con lo que deseas, también es irrevocable.
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