Le pesan los bolsillos,
llenos de trompos, ranas y canicas.
Hoy rompió cuatro cristales
y pegó un chicle en el pelo de una niña tonta...
y es tan dulce que después
ha salvado a una araña de su propia maraña.
Por la noche bautiza a las estrellas,
con nombre de canciones tristes,
que silba con los carrillos hinchados,
sintiendo la soledad de una noche eclipsada