Llueve, no se si lo oyes.
El agua crece bajo mis enaguas.
Zapatitos de cartón,
socorridos en secos días
de tacones de cristal rotos.
Ya se anegaron las escaleras,
ya piso descalza.
Tus barcos de papel se ahogan conmigo...
pobres...
tan valientes como yo y tan inútiles.
Me haré gigante...
recuperare mi tiempo.
Secare mis papeles y los llevara el viento.
Se acabo el cuento
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