jueves, 5 de febrero de 2009
No has llegado a tiempo
Bien temprano, suelo tener esa cara que dan los buenos sueños.
El pelo enmarañado, la sonrisa por fuera de la cara...
En el aeropuerto todos me miraban,
llevaba aún la silueta de tu cuerpo hundida en mi cama,
como un zapatito de cristal, como prueba de talla.
Y pasaban los minutos y no bajabas...
y la gente corría porque la lluvia caía a borbotones, a carcajadas.
Poco a poco, el aeropuerto de llegada se quedó vacío,
o quizás no había nadie que mi ojos miraran.
He despertado de pronto...
no importa, te veré mañana.
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