Se caen las hojas del calendario...
pobres, se cae la lluvia... pobre.
Atrapo el aire recordando respirar, olvidando crecer.
Despabilando al sopor
con puntas de filosa ponzoña
para matar de un tajo esta probidad,
sí, inocente... pero causante de mi cínico delirio,
cansina y puñetera con su matarile.