Que días mas extraños aquellos,
que noches mas intensas.
Las carcajadas rompían el silencio,
las canciones callaban el roncar del viento.
Eramos aventureros noctámbulos,
mojándonos bajo nuestro techo,
contagiándonos, contestándonos y al acecho.
Eran los días de la no resistencia,
los días de las horas cortas,
de las noches enanas,
de los cigarros despertando al alba.
Momentos de primeras confesiones,
inquietudes y deseos de conocernos,
de sobrepásarnos, de empaparnos.
Era el fin de la añoranza,
el principio del mejor cuento,
la osadía, la audacia, la genialidad,
la despedida del lamento.
Era la ilusión, el camino fácil,
el sonar de un reloj puntual y ágil.
El cantar de un gallo mañanero,
roncos de oírnos reír,
hasta el apagar de las lunas.
Eran fugas de estrellas
Era el notarnos las pestañas,
mandarnos besos de mariposas...
pero inconscientes...tan solo en un oculto desear,
que pasa sin descubrirse.
Era el pasado, guardado ya en el baúl de los recuerdos..
manta que calienta mi camino
y me reconforta cuando me abandonan los sueños