lunes, 12 de marzo de 2007

Pesadillas y guisantes



Amanece...
y el frío invierno te hace retroceder bajo las mantas.
Los sueños apilados en la estantería del fondo,
clasificados por suerte,
se desordenan para asustarme.
Parecen que me quieren decir algo,
quizás ya ha llegado el momento...
quizás... es la hora de el coraje.
Esperaba aprender de las pesadillas
y sacar de ellas el beneficio del valor,
pero sigo siendo la niña asustada,
a la que lo nuevo le aturde su curiosidad suicida.
La princesa que notó el guisante,
pero no dijo nada por miedo a equivocarse.

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